Lo único que falta en
este proceso electoral es que uno de los poderes o el mismo Peña Nieto
disuelvan a los organismos electorales pretextando ser parciales.
Armando Enríquez
Vázquez
Nada más patética que
la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en el
sentido de incluir a Jaime Rodríguez “El Bronco” en la boleta electoral, no por
el hecho de que en teoría se defiendan los derechos humanos y electorales de un
pre candidato, si no por la desfachatez de actuar conforme a los intereses de
la Presidencia de la República y PRI al reconocer y legitimar la trampa y la
corrupción de un personaje cínico como Jaime Rodríguez “El Bronco” quien cometió
un delito electoral, curiosamente no tipificado, al presentar más firmas falsas
que reales para sustentar su candidatura, por el simple hecho de que, en teoría,
pude quitarle puntos a López Obrador.
Hace unas semanas el INE se pronunció en un sentido similar
al aceptar la candidatura “independiente” de Margarita Zavala quien presento
más firmas falsas que “El Bronco” pero menos por muy poco que las reales para
que el Instituto Nacional Electoral “se olvidara” de las falsas y le permitiera
de manera facciosa golpear al golpeado Ricardo Anaya.
Más allá del claro mensaje político que esto manda a la
sociedad y al mundo, donde de por sí la visión del México más corrupto que
nunca es una certeza, es que en materia de parcialidad a favor del partido en
el poder y la preservación de su sistema todo se vale. Utilizar a la PGR en
contra de la oposición, destituir a fiscales, atacar a gobiernos de Estados
soberanos de la federación desde la Secretaría de Gobernación. En México todo
se vale para que nada cambie.
Costó a la sociedad mexicana 70 años librarse de la Dictadura
Perfecta ejercida por el PRI, para que un traidor, hoy reconocido priísta,
Vicente Fox y un grupo enfermo por el poder encabezado en su momento por Felipe
Calderón, hoy por José Antonio Meade y Javier Lozano, dieran al traste con la naciente
democracia mexicana.
El PRI es el menos interesado en crear oportunidades para
los mexicanos, establecer un sistema educativo de mediana calidad, un nivel de
vida decoroso para los mexicanos y sí continuar en el poder implica
descaradamente manipular a jueces títeres, sin lugar a duda lo hará y lo ha
hecho. Los magistrados que obedecen a los intereses de la presidencia y del PRI
son Felipe Alfredo Fuentes Barrera, José Luis Vargas Valdez, Mónica Aralí Soto
e Indalfer Infante González cuatro magistrados que, como en el caso de “El
Bronco”, llegado el momento podrán anular la elección si así le conviene a sus
amos, porque entre estos cuatro poco éticos jueces tienen la mayoría de los
votos del pleno del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
El TEPJF y el INE ahora simulan desacuerdos y se atacan
cuando en realidad los dos han jugado su papel en la aprobación de candidatos
independientes poco éticos. Y lo peor está por venir porque en su momento estos
mismo pseudo magistrados habrán de validar o no a Armando Ríos Píter, el último
de los independientes en supuestamente haber logrado las firmas necesarias para
obtener la candidatura y al que el INE le negó la misma con el mismo argumento
que se la validó a la esposa de Calderón, la presentación de firmas falsas.
Siendo justos, lo que no parecen ser ni los magistrados del actual TEPJF y los
consejeros del INE de Peña Nieto, el apodado “Jaguar” deberá tener su lugar en
la boleta, pero con estos magistrados no se sabe.
Cabe aclarar que, a diferencia del Instituto Nacional
Electoral, la magistrada electoral Janine Otálora Malassis, votó en contra de
la resolución que favoreció al gobernador con licencia de Nuevo León, mientras
todos conocemos el papel de tapete que incluso al interior del INE tiene
Lorenzo Córdova Vianello, quien ha desgastado el cargo de Consejero Presidente de
una manera que después de Leonardo Valdés Zurita hubiera parecido imposible. Aunque
también es cierto que la presidenta del TEPJF y los otros dos que se
abstuvieron en el caso de “El Bronco” fueron parte del voto unánime que validó
las elecciones de Coahuila y el Estado de México en 2017.
La democracia mexicana parece estar muerta cuando desde sus
entrañas es atacada, cuando aquellos que deberían defenderla y procurarla se
encargan de servir a los intereses más oscuros. Son estos magistrados y
cinsejeros los que habrán de avalar una elección que a ojos de buen cubero y
tratando de darle validez alguna a las encuestas, el PRI no ganará de manera
legal y si lo hace será porque toda la maquinaria del Estado y todas las
transas que acostumbra el PRI se ejercerán incluyendo la aprobación en su
momento del INE y en el final del TEPJF.
Es claro el desprecio que ambos órganos tienen en la
actualidad por la ciudadanía, por su opinión, pero más preocupante es el
desprecio que tienen los dos por la democracia.
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