La familia Uriarte ha creado cerámica de talavera desde el siglo XIX. A lo largo de casi 200 años ha hecho con sus conocimientos un arte; artistas y artesanos han puesto la talavera en alto.
Armando Enríquez Vázquez
Entre los disparates lingüísticos y geográficos de la conquista y la colonia, entre México y España se han dado ciudades y productos con el mismo nombre, en el caso de las ciudades es lógico el emular el terruño abandonado y en el caso de los productos hasta hace poco era una comparación de productos producidos con las técnicas que los conquistadores trajeron al país, uno de los casos que más controversia presenta a la fecha es el asunto del queso manchego, pero existen otros como el de este tipo de cerámica donde el acuerdo entre españoles y mexicanos ha puesto a localidades de ambos países como autorizados exponentes de la técnica y el producto.Lo que hoy conocemos como talavera, esa cerámica artesanal que en México lo relacionamos inmediatamente con la ciudad y el estado de Puebla, es ese producto. El origen de la técnica de la cerámica mayólica, como se llama, es árabe, fueron ellos los quienes llevaron la técnica a España, después de haberla aprendido al parecer la técnica de la porcelana de los chinos, y en específico en el pueblo de Talavera de la Reina en lo que es la provincia de Toledo, ese estilo de fabricación de cerámica se mantuvo tras la expulsión de los musulmanes de la península ibérica. A principios del siglo XIX, la invasión francesa a España y las batallas que se llevaron a cabo destruyeron las principales fábricas y comenzó una decadencia en la fabricación de la cerámica en la región que no vio alza hasta el siglo XX, curiosamente fue a principios del siglo XIX que la empresa de la que voy a escribir comenzó a su historia en la producción de cerámica de Talavera en la ciudad de Puebla.
La producción de talavera no era desconocida en la región. La técnica arribó a la región poco después de la conquista. 1550 es el año que dan los historiadores para la llegada de los primeros artesanos peninsulares, aunque existen fuentes que atribuyen la fabricación de la cerámica no sólo a los españoles, si no se menciona la importancia e influencia de las chinerías que venían en la Nao de la China y entre ellas, las vajillas y platos de porcelana con sus diseños en azul y blanco.
Durante la Colonia y por decreto de regulación del virrey de la Nueva España, Francisco Fernández de la Cueva y Enríquez de Cabrera VIII duque de Alburquerque, en 1653 se reguló la fabricación de la cerámica y limitó la misma a sólo 20 fábricas. Todos ellos en la Ciudad de Puebla.
Ignacio Uriarte compró uno de los pocos talleres sobrevivientes en 1824, tras la consumación de la independencia mexicana. Este taller llevaba el nombre de La Guadalupana. Dimas, el hijo y heredero, cambió el nombre del taller por el apellido familiar. En 1908 la industria se moría, sólo seis talleres de mala calidad y con poca imaginación sobrevivían en Puebla, entre ellos Uriarte.
La gran innovación para el taller de Uriarte llegó con un catalán, Enrique Luis Ventosa, artista plástico y escritor, que emigró a Puebla a finales del siglo XIX. Establecido en la ciudad, Ventosa hizo amistad con Isauro Uriarte, que había heredado el taller de talavera de su abuelo Dimas y estudió el proceso de la cerámica y junto con el dueño creó piezas únicas y artísticas recuperando por un lado los colores tradicionales de la talavera y por otro diseñando ideas más contemporáneas para adornar platos, tibores y azulejos, así como otras con influencias chinas, musulmanas y prehispánicas.
A principios de la década de los noventa del siglo XX, Isuaro Uriarte descendiente del fundador vendió el taller a un grupo de inversionistas que años más tarde hicieron del taller una franquicia de artesanía de lujo con tiendas en diferentes ciudades de México.
El logo de la empresa se limita a una U y una Y, que puede ser una manera de arcaica de escribir Ygnacio, el primero de los Uriarte en ser dueño del taller. Las letras están en azul y se pintan sobre las diferentes piezas creadas en el taller de la misma manera que otras cerámicas artesanales en el mundo. Debajo de las letras se lee: Desde 1824.
La empresa ha tratado de dar una proyección a la artesanía más allá de las representaciones clásicas y en 2012 creó una exposición con el pretexto de la celebración del 5 de mayo, invitó a 39 artistas plásticos y gráficos para crear y dar a conocer diferentes obras en talavera.
En 2016 Uriarte Talavera invitó a Lance Wyman el diseñador y artista gráfico norteamericano creador de la iconografía de los Juegos Olímpicos de México 68, las estaciones de las primeras líneas del Metro y de diferentes empresas nacionales a crear diseños en talavera para la empresa. Uriarte sigue apostando a la producción única, con piezas diseñadas por artistas exclusivos y hechas a mano. La sede de la empresa continúa estando en el centro histórico de la ciudad de Puebla, pero las obras de los talleres Uriarte se exportan y exhiben en diferentes partes del mundo por su belleza y calidad.
A partir de 2019 la UNESCO reconoció tanto la cerámica española, como la mexicana como Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad, haciendo la diferenciación de llamar a la cerámica española con denominación de origen en Talavera de la Reina y el poblado cercano de El Puente del Arzobispo y como cerámica de fabricación artesanal estilo talaveriano a la que se realiza en los estados de Puebla y en Tlaxcala en nuestro país.
publicado el 2 de marzo de 2020 en thepoint.com.mx
imagen: uriarte talavera.
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