Son cientos de miles de mexicanos hartos de un sistema político corrupto e impune que desde hace cuatro años ha atentado en contra de su forma de vida.
Armando Enríquez Vázquez
¿Por qué el Secretario de Educación, Aurelio Nuño, ha
abandonado su tono autoritario y su gesto de arrogancia? ¿Por qué el Presidente
claudica a su revanchista artículo 32 de la ley de transparencia, cuando puso a
todos sus serviles legisladores del PRI, PVEM y Nueva Alianza a votar por él?
¿Por qué el Secretario de Gobernación vuelve a tomar las riendas de la
negociación política con la CNTE? ¿Por qué hoy, más que nunca, es muy claro el
fracaso de las reformas llamadas estructurales de Enrique Peña Nieto? ¿De qué
presume un gobierno responsable de un Estado fallido en materia de seguridad,
combate al crimen organizado?
A pesar de la normalidad que el gobierno y medios de
comunicación nos presentan, si uno observa de manera más detenida esos mismos
medios, sus artículos en las últimas semanas tanto en ediciones impresas como
digitales, si uno observa los materiales alternos que circulan en Internet,
claro con la misma cautela que uno tiene con los materiales de medios
establecidos, puede concluir que en México el problema es mucho más grave que
la CNTE y Oaxaca.
En México el descontento social va de Quintana Roo, donde la
población tomó por la fuerza el congreso local para impedir que los
legisladores locales blindaran a los funcionarios y al mismo gobernador Roberto
Borge de las acciones que la administración panista pudiera emprender en su
contra, los legisladores priístas quintanarroenses de manera tramposa
trasladaron las sesiones del congreso local a los hoteles de Chetumal, a Chihuahua
donde la gente se manifestó en contra de uno de los gobernadores más corruptos
en la actualidad y tanto el gobierno local como el federal encontraron la
excusa perfecta; Son oaxaqueños que
vinieron desde su estado para desestabilizar Chihuahua. Cuando en más de
una ocasión se ha comprobado que los infiltrados en marchas y protestas
sociales proceden del gobierno federal: son policías y autoridades disfrazadas
de civiles y encapuchadoa que intenten desvirtuar el enojo social de una la
sociedad civil.
En México, no hay los suficientes miembros en la
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación para cubrir todas las
manifestaciones que ocurren en el territorio nacional, de la manera que nos
quieren hacer creer los funcionarios y los medios de comunicación., ni siquiera
en los estados con mayor presencia de maestros disidentes existen tantos como
para llevar a cabo los actos de protesta, los vandálicos que se dan a lo largo
y ancho de sus territorios.
Se nos quiere hacer creer que el principal problema en el
paraíso idílico con la que fantasean el presidente y sus funcionarios son los
intransigentes miembros de la CNTE, que, enarbolando la bandera de los maestros
y la lucha social, únicamente están protegiendo sus cotos de poder, de
corrupción e impunidad. Pero en Nochixtlán no murieron, ni fueron detenidos
maestros, sino ciudadanos comunes y corrientes.
Es cierto que además de los maestros se encuentran los
oportunistas grupos de Morena, los anarquistas que manejan políticos ligados a
López Obrador, pero también soldados y policías federales disfrazados de
civiles, encapuchados que pueden ser de cualquier bando y sobretodo porque
hemos visto como una práctica del gobierno de Peña Nieto infiltrar personas en
las marchas para desacreditar a la ciudadanía.
Pero no sólo son maestros, son los trabajadores de salud que
a lo largo y ancho del territorio nacional se manifiestan para demostrar la
nula política en materia de salud pública de Peña Nieto y su secretario de
salud.
Son cientos de miles de mexicanos hartos de un sistema
político corrupto e impune que desde hace cuatro años ha atentado en contra de
su forma de vida. Un sistema que beneficia a los mismos de siempre a través de
empresas fantasmas en Veracruz, bancos en Chihuahua o negocios familiares que
se benefician a través de tráfico de influencias como mostró la investigación
de Animal Político en el caso del ex procurador Jesús Murillo Karam y las
empresas de sus familiares.
El descontento no es únicamente de maestros, esos son los
más visibles, pero es un país que ya no tolera la impunidad y en el que
diferentes grupos ciudadanos han tomado estaciones de radio en Oaxaca y
Chiapas, estados que hoy carecen de gobierno. Porque ni Gabino Cué, ni Manuel
Velasco pueden, ni saben gobernar y sólo han demostrado ser un par de
personajes sin escrúpulos, capaces de venderse al mejor postor para lograr sus
ambiciones políticas.
Son los médicos y enfermeras del sistema público de salud
que se manifestaron a lo largo y ancho del país a pesar de la labor al interior
de los sindicatos para amedrentar a los protestantes. Que piden abasto de
medicinas, contratación de planta médica y no de burócratas que compran los
partidos políticos con dadivas.
Lo que es peor bajo el pretexto del Brexit, la Secretaria de
Hacienda anunció ya nuevos recortes al presupuesto de este año que se aplicarán
obviamente en los rubros de educación y salud. Y es entonces cuando uno puede
cuestionar si el Estado a mando de un presidente como Enrique Peña Nieto no
está preparando una privatización de la educación y de la salud. La falta de
sensibilidad social del Presidente y de sus funcionarios, sus legisladores
quienes no pueden ser más cínicos al reconocer una vez que el presidente les
vetó el artículo 32 de la ley complementaria anticorrupción que hicieron as
cosas mal y eso en voz de César Camacho, líder de la bancada del PRI en la
cámara de diputados. Claro Ni el presidente, ni su séquito se equivocaron al
opacar sus declaraciones y no hacerlas públicas. No se afectan los presupuestos
exagerados de Presidencia, ni se recortan los gastos en producción de
propaganda, no se reduce el gasto de los institutos electoral, de
telecomunicaciones, de competencia, que pocos logros tienen y han servido
únicamente para inflar la nómina burocrática.
Los mexicanos están molestos con un gobierno que ha
fracasado en conectar, básicamente porque no le interesa, con ellos. Un
gobierno preocupado por vaciar las arcas de la nación como no lo veíamos desde
tiempos de Carlos Salinas de Gortari. Los mexicanos están molestos con un
presidente que sin miramientos ha decidido voltear las armas de la fuerza
pública en contra de la ciudadanía mientras negocia con oscuros líderes
sindicales y así es como a pesar de lo que quieran decir e informar, en nuestro
país se nota ya un aroma a descontento que nadie puede ignorar.
publicado en blureport.com.mx el 28 de junio de2016
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