Marcada por la
tragedia esta mujer pudo terminar el contrato para lo que fue alguna vez el
barco más grande de la armada sueca.
Armando Enríquez
Vázquez
En la historia de los más estrepitosos naufragios del mundo
se encuentra la historia del Vasa, en
su momento el mayor barco de guerra de la armada sueca y probablemente del
mundo. El Vasa se hundió tan sólo 20 minutos
después de haber sido botado, en un viaje que sólo era para que el barco
llegara embarcadero de la armada sueca. El Vasa
no pudo navegar más de dos kilómetros antes de irse a pique. Vientos cruzados
hicieron que la nave ya de por sí inestable se hundiera con sus 63 cañones de
cobre, muriendo cerca de 40 de los hombres y mujeres que iban a bordo ese día.
La historia trágica como es y llena de errores en el diseño
del navío, encierra también la historia de una mujer que tras la muerte de su
marido quedó a cargo de la empresa y del astillero en el que se construyó el Vasa, enfrentando una terrible crisis económica
y a un rey caprichoso.
De Margareta Nilsdotter se sabe que nació en Suecia y se
casó con Henrik Hybertsson, un ciudadano holandés que inicio como comerciante
en Estocolmo a principios del siglo XVII y que para 1620 era ya socio del
principal proveedor de barcos para la armada sueca. En 1624 Hybertsson fue
nombrado único proveedor de la marina sueca y firmó un contrato por cuatro años
en los que habría de construir cuatro naves para la armada entre ellos el Vasa.
El monarca sueco en ese momento era Gustavo II Adolfo,
conocido como El León del Norte, que
se había enfrascado en la guerra de los 30 años y luchaba por imponer el
protestantismo en Europa, el objetivo del rey sueco era demostrar a los católicos
también su poderío en el mar. Henrik Hybertsson enfermó y murió en 1627, no sin
antes sufrir cambios en las órdenes por parte de Gustavo II Adolfo. En un
principio las primeras naves a construir eran las naves más pequeñas, seguidas
por los dos grandes barcos, pero finalmente, a la mitad de la construcción de
la primera nave de menor tamaño, el rey cambió de opinión y ordenó la
construcción del Vasa, ocasionando
problemas al constructor. Al firmar el contrato Hybertsson contaba con un
socio, Arent de Groote, otro empresario holandés, pero la parte administrativa
la llevaba Margareta Nilsdotter, esposa de Henrik.
Margareta Nilsdotter, era ya la administradora de otros
negocios como una granja que tenían en el área de Viby.
Por eso a la muerte de Hybertsson, fue Margareta la que se
hizo cargo del negocio y mantuvo la construcción del barco, Margareta enfrentó
no sólo una grave crisis debida a la falta de pagos por parte de la corona sueca,
sino una serie de intentos de huelga por parte de los trabajadores del
astillero ante la falta de pagos de sus sueldos consecuencia del incumplimiento
de los pagos y de la insolvencia de la empresa constructora la que ya contaba
con varios préstamos de bancos holandeses. La situación llegó al límite y
Margareta ya no tenía bienes para hipotecar, ni forma de adquirir más préstamos.
Además, la inflación hizo que el presupuesto en la construcción del buque de
guerra aumentara su costo inicial de manera importante.
Margareta Nilsdotter mostró una mano férrea al frente de la
empresa y sabiendo que debía entregar el Vasa
a la armada real, optó por la represión entre los trabajadores inconformes y
mandó ahorcar por lo menos a uno de los inconformes.
En 1628, Margareta Nilsdotter, contra todos los pronósticos,
hizo entrega del Vasa. La historia
que pudo haber sido un gran éxito para Nilsdotter se convirtió en la historia
de su bancarrota al hundirse el enorme buque de guerra. Margareta regresó a su granja y continuó administrándola.
En 1629 se casó con un diplomático sueco de nombre Lars Nilson. Se sabe que la
empresaria murió al año siguiente en 1630.
imagen: stockholmfreetour.com
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