Iluminada desde niña
Kimpa Vita, también conocida como Doña Beatriz, intentó reestablecer el reino
del Kongo y acabar con la misoginia y discriminación de la Iglesia Católica.
Armando Enríquez
Vázquez
El 29 de octubre de 1665 Portugal obtuvo una victoria
decisiva en la batalla de Ambuíla en Africa Occidental, al derrotar a las
fuerzas del rey Antonio I del Congo. Gracias a esta batalla los antiguos
aliados de Portugal se convirtieron en sus súbditos, la ambición de los
portugueses gobernados por Alfonso VI, el Victorioso, en incrementar sus
ganancias a través de la esclavitud fue el origen de esta guerra que cambió de
manera radical la relación entre los europeos y la aristocracia del reino del
Kongo, que comprendía parte de lo que actualmente son la República del Congo y
Angola. La otra consecuencia que tuvo la victoria portuguesa y la muerte de
Antonio I fue la guerra intestina entre los miembros de la familia real del
Kongo.
Diecinueve años después de la victoria de las fuerzas
portuguesas, en 1864, en la aldea de Songololo, en la provincia Bakongo nació
Kimpa Vita, hija de una familia de la más alta nobleza, conocidos como Mwana
Kongo que quiere decir “los hijos del Kongo”, “del Imperio del Kongo.” La presencia
de misioneros y evangelizadores católicos en esa parte de África se remonta al
siglo XV, por lo que la gran mayoría de los habitantes del Imperio Kongo eran
católicos. Sobretodo los miembros de la nobleza. Kimpa Vita fue bautizada con
el nombre de Beatriz pocos días después de su nacimiento.
Desde niña Kimpa Vita comenzó a tener visiones, los monjes
capuchinos que evangelizaban en África mantuvieron documentada la historia de
Kimpa Vita en un principio por esas visiones y después por la importancia que
representó la africana como oposición a la religión católica y en específico a
los mismos misioneros capuchinos.
En las primeras visiones Kimpa Vita era visitada por
“ángeles” que jugaban con ella o le presentaban obsequios como un rosario
cristalino. Estos “ängeles” eran blancos pero le mostraron a Kimpa que en el
Cielo no existen diferencias raciales. Por estos mismos dones, Kimpa Vita fue
educada para convertirse en una chamana llamada Nganga Marinda, sin embargo, los fundamentos de la educación católica
de Kimpa Vita la obligaron en 1699 a abandonar su instrucción por considerarla
diabólica. Entonces intentó integrarse a una vida “normal” y en dos ocasiones se
casó bajo los usos y costumbres de su cultura sin que ninguno de los
matrimonios se consumara en el altar católico.
En 1704 a los veinte años Kimpa Vita murió de una enfermedad
contagiosa, de acuerdo con su propia versión de los hechos. En el momento de su
muerte, San Antonio de Padua se apoderó de su cuerpo y rencarnó en ella. En
momentos en que en el Kongo había diferentes profetas que clamaban por la
restitución del imperio y la reconstrucción de la antigua capital del mismo
destruida por las fuerzas portuguesas tras la Batalla de Ambuíla, entre estos
profetas la más popular era otra mujer de nombre Apollonia Mafuta, quien
aseguraba haber tenido visiones de la Virgen María, la aparición de la joven
profetiza con un mensaje eclesiástico y social la convirtió en una celebridad.
Vita poseída por el espíritu de San Antoino comenzó ha
hablar de cosas que los Capuchinos comenzaron a considerar herejía. Según las
palabras de Kimpa Vita Jesús era negro y había nacido en Mbanza-Kongo, la
capital del Imperio del Kongo, conocida también como San Salvador. De la misma
manera Kimpa Vita declaró que los misioneros capuchinos mentían a los africanos
y aseguró que existían santos negros a diferencia de lo que predicaban los
europeos. Tanto las visiones como los dichos de la joven kongolesa llamaron la
atención de los católicos europeos pues pronto congregaron a un gran número de
seguidores que se identificaban con el mensaje de restauración del antiguo
imperio africano, con el mensaje social y racial, no sólo gente del pueblo sino
miembros de la nobleza y la aristocracia.
Entre otras ideas que Kimpa Vita enseñaba en sus sermones
estaba el que la aldea de Belén realmente era Mbanza-Kongo y el antiguo imperio
Kongo era la verdadera tierra santa anunciada en la Biblia. El cielo tenía sus
puertas abiertas para los africanos también y los sacerdotes blancos de la iglesia
católica no representaba ningún beneficio para los africanos. Kimpa Vita se
estableció junto con sus seguidores en la devastada y abandonada capital del
antiguo Imperi y se mandó construir una pequeña choza al lado de la catedral de
Mbanza-Kongo donde todos los emperadores estaban enterrados.
El mensaje de Kimpa Vita era político también y trataba de
unificar a la gente de Kongo que tras la derrota y muerte de Antonio I se había
sumido en la guerra civil y la disputa de los supuestos herederos al trono. Por
un lado, se encontraba Pedro IV del Congo y del otro Joao II del Congo. En el
caso de ambos monarcas el mensaje de la profetisa cayó en oídos sordos. Kimpa
Vita era consciente que una de las consecuencias de la guerra civil era el
aumento en el tráfico de esclavos y por lo tanto ni la corona portuguesa, ni
las autoridades eclesiásticas en Roma estaban preocupadas por detener el
conflicto.
Kimpa Vita viajó infructuosamente a la capital impuesta por
cada uno de los monarcas en pugna, ninguno de los dos se dignó a recibirla. En
1705 regresó a Mbanza-Kongo, pero ya en ese momento era percibida como enemiga
de ambos reyes y de la iglesia católica en los ojos de los misioneros
capuchinos, Bernardo da Gallo, uno de estos misioneros era asesor de Pedro IV y
fue quien llegado el momento lo aconsejó de arrestar a Kimpa Vita. Un tercer
implicado en la guerra civil era un hombre llamado Pedro Constantinho, el único
que se adhirió a las ideas de Kimpa Vita.
Mientras tanto el mensaje de Kimpa Vita llegaba a todos los
rincones del antiguo imperio en la voz de sus predicadores a los que llamaba
sus Pequeños Antonios, creando lo que
se conoce como el movimiento Antoniano. Vita Kimpa decía morir todos los fines
de semana para platicar de manera directa con Dios y llevar su mensaje el resto
de la semana a sus seguidores. Hacía ayunos de entre 14 y 40 días. Vita Kimpa
abortó dos veces y en un tercer embarazo viajó a casa de sus padres. Se dice
que estaba molesta por que un portavoz de Dios no debería poder concebir. Conscientes
de la situación de la profetisa y de las razones de su viaje los capuchinos
convencieron a Pedro IV de que era el momento de detenerla. Las fuerzas de
Pedro IV, la detuvieron después de haber dado a luz. Kimpa Vita fue torturada y
juzgada bajo las leyes del Congo por herejía y brujería. Ella nunca renunció ni
a su fe, ni a sus creencias por lo que fue condenada junto con su hijo recién
nacido a la hoguera. Doña Beatriz, Kimpa Vita muere el 2 de julio de 1706. Tenía
alrededor 22 años.
Tres años después en 1709 Pedro Constantinho fue derrotado
por Pedro IV y poco después derrotó a Joao II. El movimiento creado por Kimpa
Vita continuó vivo en los campesinos del Congo y Angola durante un par de
siglos, incluso migró con los esclavos a Estados Unidos.
Publicada el 29 de mayo de 2018 en mamaejecutiva.net
imagen: geography.name
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