Nada de lo que perfila al gobierno de López Obrador hace pensar que predicará con el ejemplo, todo lo contrario comienza a establecer su Mafía del Poder.
Armando Enríquez Vázquez
A lo largo de dieciocho años el candidato presidencial
Andrés Manuel López Obrador nos ha alertado acerca de la existencia de la Mafia
del Poder integrada por la alianza “macabra” entre el PRI y el PAN y qué cómo
Pinky y Cerebro han planeado adueñarse de los poderes político, económico, así
como del país. Lo triste de todo esto es que es cierto. Cuando personajes del
panismo calderonista como Javier Lozano, Ernesto Cordero, y sobre todo el hoy
candidato del PRI José Antonio Meade, no hay manera de contradecir a López
Obrador.
Pero de la denuncia del líder de Morena a sus nobles
intenciones existe un largo trecho, en los últimos meses se han dado una serie
de acciones que nos demuestra el nacimiento de una nueva Mafia del Poder, una
que muy probablemente comenzó a gestarse desde el triunfo de Enrique Peña Nieto
en las elecciones de hace seis años y que explicaría por qué López Obrador no
protestó los resultados de la misma manera rabiosa en que lo hizo en 2006
cuando perdió las elecciones frente a Felipe Calderón y decidió desquiciar a la
ciudad tomando el Paseo de la Reforma. Tal vez, si soy mal pensado, que queda
claro en el encono revanchista del político tabasqueño en contra del ex
presidente Fox, a quien despojará hasta de su pensión, que contrasta con la
benevolencia y promesa de amnistía a Enrique Peña Nieto y sus funcionarios.
Más allá de las cínicas declaraciones de la presidenta
nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky, en contra de los actos del gobernador
de Chihuahua Javier Corral por demostrar la trama de dinero para las campañas
de 2017 surgida del estado más grande de la República para derrotar, entre
otros, a Morena en el Estado de México, hay muchas otras muestras de esta PRIORENA;
la nueva Mafia del Poder.
Frente a la realidad no hay suspicacia que valga.
Lo único que ha hecho López Obrador a lo largo de 18 años es
a crear una serie de alianzas con lo peor de la sociedad mexicana y a mentir
sobre todo lo demás. El domingo apenas había lanzado en el debate la ocurrencia
de anunciar la inclusión de Alicia Bárcena, quien es la secretaria ejecutiva de
la Comisión Económica para América Latina y El Caribe, en su gabinete cuando
esta lo desmintió, y rechazó la invitación, algo que le ha sucedido en varias
ocasiones siendo una de las más recientes el desmentido del poeta Javier
Sicilia a unirse al gobierno del tabasqueño. Algo que no sucede con
oportunistas y viejos políticos pillos que han desde siempre acompañado a López
Obrador.
La primera gran muestra del discurso convenenciero de López
Obrador y su cariño por su alma mater el PRI. Sus alianzas con Elba Esther y su
familia, con Napoleón Gómez Urrutia y la falta de un discurso acerca de lo que
hará el candidato de Morena en caso de llegar a la presidencia con los líderes
sindicales de PEMEX o de los ferrocarrileros, muestran las pocas o nulas ganas
de López Obrador por ofrecer a los mexicanos un verdadero Cambio. De corruptos
y corruptas del PRI, PAN, PRD de sexenios pasados está llena la cúpula del
partido que pretende revolucionar a México. El gabinete del prohombre de las
palabras huecas. López Obrador no ha perdido la oportunidad de expresarse en
contra de Calderón, pero sobre todo de Vicente Fox cuando al mismo tiempo no ha
dudado en llamar a su equipo a Foxistas como Lino Korrodi y Alfonso Romo. Pero
según el tabasqueño es en el amor y la paz donde se encuentra el futuro de la
nación. Habrá que recordarle que el Amor es subjetivo y las leyes no.
A lo largo de los últimos meses el partido dirigido y
fundado por López Obrador se ha aliado de manera descarada con el PRI, ese
partido al cual el tabasqueño acusa de ser la cabeza de la Mafia del Poder. La
aprobación de leyes que favorecen a la opacidad como lo son la llamada ley
chayote, la de opacidad y el evitar los nombramientos de fiscales para la
nación y contra la corrupción, no hubieran sido posibles sin el apoyo tácito o
real de los legisladores de Morena. Morena como el Verde o Nueva Alianza
promueve y está de acuerdo con la opacidad que institucionalizó el gobierno de
Peña Nieto.
Una de las cosas más preocupante de la llegada de Andrés
Manuel a Palacio Nacional es el perdón a los priístas corruptos del actual
gobierno y a los criminales, eso sólo nos habla de la intolerancia con la que
gobernará a sus opositores que somos la mayoría de los mexicanos y que
obviamente desaprobamos esta apatía a gobernar.
Esa nueva Mafia del Poder que surge de la sede de Morena
incluye la demagogia de quien promete la solución en 15 minutos de Ayotzinapa
cuando las fotografías lo ponen al lado de los Abarca.
Como Enrique Peña Nieto y sus correligionarios, Andrés
Manuel López Obrador, desprecia a la sociedad civil y por extensión la voz
ciudadana es inaudible para él y para sus seguidores que prefieren servir a los
intereses propios y de sus asociados, ya sean criminales de cuello blanco como
sucedió mientras fue jefe de gobierno de la Ciudad de México con el caso de
Carlos Ahumada y o miembros de mafias y carteles como en el caso del ex
delegado en Tláhuac.
Curioso es saber que la percepción de la ciudadanía acerca
de la violencia que sufrimos en este proceso electoral pone a los responsables
como los seguidores de los partidos políticos y a los mismos candidatos con sus
dichos. En ese sentido la política de golpear por el hecho de disentir es uno
de los pilares de la actividad de Morena y si no ahí quedan acciones ridículas e
infantiles de radicales como Ackerman demandando al consejero electoral Ciro
Murayama por bloquearlo en Twitter, un personaje al que hasta Carmen Aristegui
ha bloqueado, y que intenta seguir atacando a las personas desde su cuenta de
twiter. Así de intolerantes son muchos de los morenistas, que creen que todos
tenemos que aceptar su discurso pero son incapaces de escuchar al otro.
Al final, López Obrador no será ni la mitad de lo que
imaginan sus seguidores. Sí perdona a todos los corruptos que en los últimos
seis años se han servido con la cuchara grande este país, habrá decepcionado a
quienes han creído en su discurso de cambio.
Todo parece indicar que aún cuando el PRI pierda el 1º de
julio frente a Morena, el PRI habrá de ganar con todas las alianzas que ha
hecho con el partido de Andrés Manuel López Obrador.
publicado en blureport.com.mx el 29 de mayo de 2018
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