Es necesario comenzar
a pensar una forma más eficiente e igualitaria para gobernar la enorme zona metropolitana
de la capital del país.
Armando Enríquez
Vázquez
No se trata de una apología de la capital del país, sino de
una reflexión que todos los habitantes de la Metrópoli debemos hacer en los
tiempos de elecciones y ante el cambio de gobierno que tendremos en los
próximos meses en la capital y en el país; la necesidad de redefinir los
límites de la ciudad y como esto puede ayudar a los diferentes problemas de una
ciudad que tiene en su zona conurbada más de 20 millones de habitantes, de los
cuales únicamente alrededor de 9 millones viven en la CDMX.
El principal problema se da en las zonas donde la Ciudad de
México limita con el Estado de Mexico; Iztapalapa que es una de las zonas
conflictivas y peligrosas de la CDMX colinda con municipios tan o más
problemáticos como Neza o Reyes La Paz esto provoca abusos tanto del crimen
organizado como de las autoridades de las diferentes entidades federativas que
repercuten de manera directa en la seguridad de la mayoría de los habitantes de
la zona. Ecatepec el municipio más poblado del país aporta trabajadores y
estudiantes a la Ciudad de México que viven en ella durante el día y utilizan sus
servicios. Sin embargo, la parte importante de sus contribuciones son para el
Estado de México, lo más preocupante es que Ecatepec también aporta grupos
criminales que atacan a la ciudadanía de la Capital Mexicana y se refugian en
la entidad aledaña.
Más allá de los evidentes problemas de seguridad, existen otras
situaciones que son igual o más graves y afectan al conjunto de mexicanos que
vivimos en el área metropolitana de la Ciudad de México; como transporte
público, manejo de basura y de agua, vialidad, tarifas y servicios, entre
muchas otras cosas. La actual división política de la capital del país y los
municipios cercanos resulta inoperante.
Unificar el precio del transporte público para las personas
que tienen que cruzar a diario entre las dos entidades es urgente, al igual que
las reglas de operación del transporte público concesionado y afectar de una
vez por todas los oscuros intereses de los dueños y las autoridades que con
ellos se encuentran coludidos para seguir operando de la peor manera posible,
al crear un transporte digno y seguro. Con choferes calificados y obedientes de
las reglas.
Definir que los impuestos sean los mismos en toda la zona
metroolitana, para evitar que parte de la recaudación de las entidades que la
conforman se pierda por los beneficios tramposos que otorga una entidad sobre
la otra en ciertos rubros como tenencia, y que en materia comercial se puede y debe
calificar como competencia desleal. Crear una policía con políticas idénticas
para toda la zona conurbada.
El establecimiento de políticas públicas reales para los más
de 20 millones de personas que compartimos la zona metropolitana implica algo
que hasta el momento ni los miembros del PRD y mucho menos los del PRI están
dispuestos a hacer: Redefinir los límites territoriales de la Ciudad de México.
Aceptar que el Estado de México llegue a perder municipios
como Ecatepec, Ciudad Nezahualcóyotl, Chalco, Iztapaluca, Naucalpan,
Cuautitlán, Huixquilucan, Atizapán de Zaragoza, entre otros significa perder a
la clientela del PRI en el Estado de México y ceder el estado a una situación
más democrática, de la misma forma la llegada de clientela del PRI a la CDMX
implica peligro para la mal llamada izquierda que gobierna la CDMX.
Evitar las manipulaciones demagógicas de la federación de la
situación jamás será la solución. No debemos olvidar que para el problema de
contaminación en la CDMX a Mancera le fue impuesto por Enrique Peña Nieto, y el
pusilánime ex jefe de gobierno de la CDMX lo aceptó. Un consejo metropolitano
que incluye a Tlaxcala e Hidalgo que nada tiene que ver con la capital del
país.
La creación de una política pública que estandarice a las
nuevas alcaldías de la Ciudad de México y a los municipios que colindan con
ella es en beneficio de todos los ciudadanos y puede generar beneficios
tangibles a la ciudadanía que compartimos este pequeño espacio de la nación más
allá de los intereses mezquinos y usureros de los partidos políticos y sus
pequeñas mafias de poder.
Aumentar territorialmente a la CDMX, así como unificar
políticas en esta zona del país es un verdadero imperativo que como muchos
otros a nivel nacional se relegan por intereses de grupo o de partido. Hablar
de esto está prohibido entre los políticos de la Ciudad de México y los del
Estado de México, lo que demuestra que la capital y los municipios que la
rodean son vistos únicamente como un botín de políticos y líderes como René
Bejarano, su mujer, el priísta Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre o los panistas
de Benito Juárez que se han enriquecido con sus negocios turbios con las
constructoras, o peor chapulines como Fadlala Akabani que utilizó a la
delegación para abrir una sucursal de su mueblería y hoy quiere volver a Benito
Juárez arropado por Morena.
Como ciudadanos debemos exigir a las autoridades que
elegimos un plan para homologar las reglas de seguridad, vialidad, impuestos, policía,
agua de la CDMX y los municipios conurbados pues resulta absurdo mantener las
cosas como hasta el día de hoy se han empeñado el PRI y el PRD por mantener.
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